Toda tu vida, es  fascinante y hay que saborearla a sorbitos como el buen vino para que no se nos escape nada ¿Cómo se hace eso? Estando presente en tu propia vida con ATENCIÓN.

Es muy importante que tomes tu trabajo, sea cual sea,  como una aportación insustituible al mundo. Tu trabajo hazlo creativo. De ti depende que sea una obra de arte, pon atención en los actos más simples y cotidianos.

Realízalos sin prisas, sin ruidos interiores, concentrado en lo que haces, descubriendo qué cosas realizas para llevarlo a cabo ¿Qué pongo de mí en el trabajo? las manos, los ojos, los oídos, el tacto…te ayudan a realizar la obra de arte del día: el acto en sí mismo: hacer la cama, colocar los platos encima de la mesa, subir unas escaleras, ir a trabajar, pasear o caminar hacia un lugar determinado. Todo lo que realices te ayudará a estar donde estás con todo tus ser para disfrutar y vivir intensamente el presente de cada cosa y momento. Lo importante no es solo el medio, es el fin: el encuentro contigo mismo y con las personas que te cruces cada día.

Descubre sincera y abiertamente tus cosas (sueños, anhelos, preocupaciones): las seguridades que buscas y te producen ansiedad y desasosiego, insatisfacción y tantas veces desesperanzado; el deseo de huir hoy y del ahora por miedo a encontrarnos; el vivir para hacer, pronto, rápido, lo que tengo que hacer…. No hace falta pararse para valorar los momentos, los procesos, los caminos no sólo las metas. Date cuenta del cambio interior que se produce en todo tu ser cuando vives en actitud de estar presente y ser consciente de lo que sucede sin prisas, en el día a día. ¿Qué cambios se producen?